Hace tiempo que me preguntan si la radio tiene futuro. La respuesta es sencilla: sí, y mucho. Pero no en la forma en que la conocimos.
Lo dije en una entrevista con el periodista Quim Miró para Comunicació 21, y lo sigo pensando hoy: la radio no morirá, está buscando el espacio donde acomodarse.
La radio ha sido mi escuela y mi manera de entender la comunicación. He pasado por emisoras grandes y pequeñas, locales y nacionales, y en todas he comprobado que lo esencial nunca cambia: la radio conecta, acompaña y crea comunidad.
Lo que cambia son los hábitos, las plataformas, los tiempos y los dispositivos.
La radio digital como punto de inflexión
Cuando en 2012 pusimos en marcha Ràdio Ciutat de Tarragona, no existía un modelo claro de radio digital.
Solo una convicción: que la audiencia debía poder decidir cuándo y cómo escuchar.
Por eso apostamos por los boletines breves, la información de proximidad y una programación flexible que se adaptara al ritmo de la gente, no al de la parrilla tradicional.
Con el tiempo, el proyecto creció: llegaron Ràdio Ciutat de Valls y Baix Camp Ràdio, la integración en La Xarxa y la creación de formatos que combinan audio, vídeo y redes sociales. Hoy, hablar de radio sin hablar de imagen es imposible.
De la antena al ecosistema
La radio que conocimos en los 80 ya no volverá, pero eso no es una pérdida: es una transformación.
El oyente ya no sintoniza; elige, comparte, comenta, descarga y visualiza.
Por eso, en Quimeras trabajamos con la idea de ecosistema multimedia, donde cada contenido puede vivir en distintos formatos y plataformas sin perder su esencia sonora.
Hemos aprendido que una entrevista puede ser un pódcast, un vídeo, una pieza para redes y una noticia web al mismo tiempo.
Y eso no resta, suma.
La radio se expande.
Nuevos formatos, mismos principios
Uno de los grandes aciertos de esta etapa ha sido abrir la puerta a nuevas voces y formatos valientes.
Programas como Golfes —con Laura Rovira al frente— han demostrado que la irreverencia, el humor y la frescura también tienen espacio en la radio local.
Ese programa no solo lidera audiencia en Tarragona, sino que ha logrado algo mucho más importante: convertirse en una referencia cultural y social en la ciudad.
Mientras tanto, seguimos explorando otras líneas de contenido, colaborando con La Xarxa, y consolidando la presencia audiovisual de Ràdio Ciutat, donde cada programa tiene su identidad visual y su propia manera de conectar con la audiencia.
El futuro ya no depende del dial
La FM no desaparecerá de un día para otro, pero su peso simbólico ya no es el mismo.
Cada vez más oyentes consumen radio en el móvil, en el coche conectado, en tablet o en smart TV.
Incluso las generaciones más mayores han hecho la transición natural al entorno digital.
El reto, por tanto, no es sobrevivir, sino acomodarse.
Encontrar ese espacio nuevo, híbrido y flexible donde la radio siga siendo lo que siempre fue: una voz humana que cuenta, que escucha y que acompaña.
Una revolución tranquila
La radio no muere.
Evoluciona, se adapta y aprende a respirar en nuevos entornos.
Y en esa evolución, los que trabajamos en ella tenemos la oportunidad —y la responsabilidad— de redibujar sus límites.
Porque si algo he aprendido en estos años es que no hay formato que sustituya a la autenticidad.
Y la radio, cuando es honesta, seguirá viva siempre, sea cual sea la frecuencia, el algoritmo o la pantalla.
🟡 Entrevista completa realizada por el periodista Quim Miró para Comunicació 21.
