El valor de la memoria: el nuevo Obituario del Colegio de Médicos de Tarragona

Después de varios meses de trabajo, el nuevo Obituario del Colegio Oficial de Médicos de Tarragona (COMT) ya es una realidad. Un espacio que nace con un propósito claro y profundamente humano: rendir homenaje a los médicos y médicas colegiados que nos han dejado, poniendo en valor su trayectoria profesional y, sobre todo, su dimensión más personal.

Este proyecto, impulsado desde la presidencia de Sergi Boada y enmarcado dentro del Espai de la Memòria del COMT, ha sido posible gracias al trabajo conjunto de un equipo comprometido con la idea de preservar el legado de quienes han formado parte de nuestra comunidad médica. Desde el departamento de Comunicación, con Anna González y María López, hasta el diseño de Sebas Fernández y la programación de David López, cada pieza ha contribuido a construir un espacio que combina sensibilidad, rigor y respeto.

Y en el corazón de este proyecto está Álex Saldaña, periodista y responsable de redactar los obituarios. Tuve la oportunidad de entrevistarlo recientemente, y nuestra conversación fue, más que una entrevista, una reflexión sobre la memoria, la empatía y la importancia de contar bien las historias de quienes ya no están.

Cada obituario —me explicaba— es fruto de un proceso delicado, hecho de conversaciones con familiares y colegas, de escuchar silencios, rescatar anécdotas y traducir emociones en palabras. Son textos que buscan no solo recordar, sino mantener viva la huella de cada persona.

Como él mismo dijo: “Toda persona que ha vivido, cuando fallece, deja una huella, deja gente que le quiere, gente que ha querido, y trato de transmitir eso. Es un homenaje, una semblanza humana.”

Más allá de la técnica periodística, lo que Álex ejerce es un oficio de humanidad. Habla con las familias en un momento de dolor, con respeto y cercanía, y consigue transformar ese diálogo en una pieza de memoria compartida. Y, en muchos casos, también en un acto de consuelo.

“Luego notas que les ayudas. Te dan las gracias, te invitan a tomar algo… Es una forma de que ellos también puedan expresar lo que sienten.”

El proceso, me contaba, comienza con la comunicación del fallecimiento por parte del Colegio, que lo pone en contacto con la familia. A partir de ahí, el periodista decide si la conversación será telefónica o presencial, dependiendo de la voluntad de los familiares. En esas charlas se construye el relato, que luego pasa por una doble revisión: primero por parte de la familia —para confirmar datos, nombres, fechas y matices—, y después por el equipo del Espai de la Memòria, antes de su publicación definitiva.

Esa metodología, que combina rigor, empatía y consenso, es lo que convierte al Obituario en algo más que una simple sección web. Es un archivo vivo del recuerdo, una herramienta de comunidad y un gesto de reconocimiento.

Dicen que mientras alguien te recuerda, no mueres del todo. Y esa es, precisamente, la razón de ser de este nuevo espacio: mantener viva la memoria de quienes han formado parte del COMT, y ofrecer un lugar donde el recuerdo se transforme en homenaje.

El Obituario ya está disponible en la web del Colegio, y su lanzamiento marca el inicio de una etapa más amplia dentro del Espai de la Memòria, que seguirá creciendo con nuevas iniciativas.

Porque recordar también es cuidar. Y este proyecto, sin duda, es una forma de cuidado colectivo.

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Un proyecto con el apoyo de Mémora

El Obituario del Colegio de Médicos de Tarragona cuenta con el patrocinio de Mémora, grupo líder en servicios funerarios, tanatorios y gestión integral del final de la vida en España y Portugal. Con una larga trayectoria en el acompañamiento a las familias y en la preservación de la memoria, Mémora comparte el espíritu de este proyecto: dignificar el recuerdo, cuidar los detalles y poner a las personas en el centro.